
Soy Chela: la historia detrás del movimiento
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Como Nació Soy Chela
Hubo un tiempo en mi vida en el que me sentía apagada. Invisible.
Me levantaba todos los días, me ponía la sonrisa como maquillaje barato y me repetía: “pues esto es la vida, trabajar, aguantar, sobrevivir”. Por fuera parecía todo en orden, pero por dentro me estaba muriendo poquito a poco.
Soñaba con algo grande, pero me daba miedo cagarla. Me convencía de que “lo seguro es lo correcto”, aunque lo seguro me estaba matando. Llegué a creer que mi destino era vivir encerrada entre cuatro paredes grises, cumpliendo rutinas de mierda, con jefes que ni sabían quién era yo.
Lloré un montón.
De frustración, de cansancio, de sentirme atrapada. Pero mira qué ironía: aún en esos momentos me reía. Me reía de lo jodido que era sentirme rota y aun así seguir fingiendo que todo estaba bien. Esa risa fue mi salvavidas. Era la prueba de que el fuego todavía estaba dentro de mí.
Y un día… no hubo aplausos, ni música épica, ni nada de novela.
Solo dije: “basta”.
Ese día me atreví a ser yo. Con mis locuras, mis cicatrices, mi boca sin filtro, mi humor cabrón y mi fe en que la vida podía ser diferente.
No es que naciera una nueva persona.
Ese día simplemente salió a la luz quien siempre estuvo ahí: Chela.
Y todo cambió.
Me di cuenta de que mis ocurrencias conectaban, que mis chistes no eran tonterías sino puentes. Que mis dibujos y personajes podían sanar y hacer reír. Que ser auténtica era mucho más poderoso que cualquier careta que me puse en el pasado.
Pasé de estar apagada en una oficina a encender un movimiento.
Un movimiento que no es mío.
Un movimiento que es de todos.
SOY CHELA es una bandera.
Es para todos los que alguna vez se sintieron chiquitos, invisibles, atrapados… y decidieron levantarse.
Es la risa en medio del huracán.
Es la lágrima que se convierte en fuerza.
Es ser auténtico aunque incomode.
Yo no me llamo sobreviviente.
Me llamo guerrera.
Y todo lo que he vivido —las lágrimas, las risas, las cagadas, las victorias, las heridas, los sueños— me trajo hasta aquí para compartirlo contigo.
Hoy camino libre.
Creando, soñando, levantando a otros con mis palabras y mis carcajadas. Y lo más cabrón de todo es que entendí que no estoy sola: cada mensaje, cada risa compartida, cada persona que se une me recuerda que esto apenas comienza.
SOY CHELA no soy solo yo.
SOY CHELA somos todos.
Todos los que alguna vez nos paramos y dijimos: aquí estoy, con lágrimas, con risas, pero con el corazón entero.
Así que esta es mi invitación:
Ríete conmigo. Llora conmigo. Vive conmigo.
Porque tu historia también puede ser prueba de que, desde la oscuridad, siempre se puede volver a brillar.
Punetaaaaa !!! Y no me dejoooo! los amo